El periodismo, otra vez bajo el "fuego digital" de las redes
El escándalo de los audios expuso a los periodistas a un intenso debate sobre la relación de la comunicación con la política, especialmente cuando se desnudan supuestos actos de corrupción

El análisis de los últimos 30 días confirma un escenario adverso para el periodismo argentino en redes sociales.
La negatividad alcanza el 89% de las menciones, un registro inusualmente alto que posiciona a los periodistas entre los actores sociales más cuestionados en la conversación digital.
La nube de palabras evidencia que los términos asociados al periodismo no son técnicos ni profesionales, sino políticos: “Gobierno”, “Medios”, “Personas”, “Gente”, junto a “Audios”, “Corrupción” y “Coimas”.
Esto muestra que el periodismo aparece ligado a los escándalos de poder, y no como un actor independiente.
Además, el perfil de la conversación marca un predominio masculino: 61% de las menciones son de varones frente a 30% de mujeres, lo que sugiere que el enojo contra el periodismo circula más en comunidades digitales con sesgo masculino.

Sentimiento digital: del enojo a la desconfianza
Del análisis del sentimiento de la conversación digital sobre los periodistas surgen datos que refuerzan el diagnóstico críptico sobre la profesión de la comunicación.
Palabras como “Corrupción”, “Escándalo”, “Error”, “Denuncia” o “Ataque” estructuran un relato de periodismo asociado a la manipulación, la ilegalidad y la censura, escenario especialmente configurado a partir del escándalo de los audios que sacude al gobierno de Javier Milei.
El término “Libertad” aparece con peso central, pero no en clave positiva: en cambio, funciona como un concepto en disputa: reclamo de transparencia para algunos, denuncia de censura para otros.
En cualquier caso, confirma que el debate sobre el periodismo se da en un terreno de alta tensión simbólica potenciada por los intentos de la Casa Rosada de silenciar la difusión de nuevos audios relacionados a funcionarios nacionales, con foco en la secretaria General de la Presidencia y hermana presidencial, Karina Milei.

El periodismo, entre la política y la corrupción
Cuando se desagregan las temáticas de conversación sobre los periodistas argentinos, el dato más relevante es que 36,1% de las menciones refieren a política, seguido por corrupción (15,4%) y gestión (13,5%).
Al calor de la nueva embestida del gobierno contra el periodismo, dicha profesión se discute no sólo por su rol profesional, sino en función de cómo cubre la política, los escándalos y el desempeño del gobierno.
También aparecen justicia (10,8%) y economía (7,6%), lo que indica que las críticas a los periodistas se disparan según su tratamiento de causas judiciales y de datos que surgen de la crisis económica.
La asociación con la política es tan fuerte que los periodistas quedan atrapados en las mismas disputas de poder que los dirigentes, lo que erosiona su credibilidad como “terceros independientes”.

Evolución de las menciones: redes vs. medios
Al comparar el volumen de menciones a los periodistas en redes sociales y medios de comunicación, las plataformas multiplican varias veces el volumen de publicaciones con respecto a la cobertura mediática.
Las redes muestran picos intensos de conversación asociados a coyunturas críticas (escándalos, polémicas), seguidos de descensos y rebotes rápidos.
Los medios, en cambio, sostienen un nivel bajo y estable de publicaciones, sin grandes oscilaciones.
Esto confirma que la reputación periodística se juega principalmente en el terreno digital, donde la intensidad de la conversación es mucho mayor y con un clima marcadamente adverso.

Una brecha insalvable entre redes y medios
La comparación del sentimiento de las menciones en redes y medios sobre el periodismo revela dos mundos distintos:
- Redes sociales: el sentimiento se mantiene siempre en la zona de “Muy malo” y “Pésimo”, sin repuntes en todo el período. La desconfianza hacia el periodismo es persistente y estructural.
- Medios de comunicación: aunque presentan mejores valores, llegando en algunos momentos a “Bueno” o “Muy bueno”, la tendencia general es descendente y en los últimos meses cae hacia “Malo”.
Mientras los medios intentan sostener un relato más positivo, la conversación social en redes impone un clima de crítica y rechazo permanente contra la profesión de la comunicación.

El periodismo, la profesión más comentada en redes
- Los periodistas lideran la conversación digital: con 6,28 millones de menciones en el último año, superan a trabajadores (5,33 millones), policías (5,12 millones) y políticos (4,55 millones).
- Esto significa que el periodismo es la profesión más hablada en redes sociales, incluso más que aquellas que están en contacto cotidiano con la ciudadanía (trabajadores, docentes, médicos).
- El dato confirma que los periodistas son un actor de enorme centralidad en el debate público, aunque —como vimos en placas anteriores— con una carga mayormente negativa.

Sentimientos hostiles hacia el periodismo
- Periodistas muy mal posicionados: con un promedio de –75 puntos de sentimiento, se ubican en el tercio más negativo de todas las profesiones analizadas.
- Sólo los superan en rechazo jueces (–88), piqueteros (–87), policías (–84) y sindicalistas (–80). Es decir, el periodismo se percibe tan negativamente como los sectores con peor reputación digital del país.
- En el otro extremo, artistas (–5) y futbolistas (–24) logran un balance mucho menos negativo, lo que refuerza que las profesiones vinculadas al entretenimiento y la cultura gozan de más simpatía social.

Una crisis en desarrollo
El periodismo argentino enfrenta una crisis de legitimidad digital.
En redes sociales, su imagen está fuertemente deteriorada, atrapada entre acusaciones de corrupción, manipulación y complicidad con el poder político.
Los medios, si bien buscan resguardar una valoración más favorable, también muestran señales de desgaste.
En el balance, los periodistas son percibidos menos como garantes de la verdad y más como parte del mismo entramado de poder que deberían fiscalizar.
La consecuencia es un escenario donde la credibilidad se encuentra en su punto más bajo, y donde el juicio social se define mucho más en redes sociales que en el discurso institucional de los medios.