Becas Progresar: Entre la ayuda a estudiantes y la seducción de campaña

El relanzamiento del gobierno de la ayuda a estudiantes de secundarios y universitarios en un año electoral despierta suspicacias políticas.

Becas Progresar: Entre la ayuda a estudiantes y la seducción de campaña
Becas Progresar: Entre la ayuda a estudiantes y la seducción de campaña

Con una renovada presencia en el universo digital tras la decisión del gobierno de Javier Milei, el programa de Becas Progresar vuelve a instalarse en el centro de la conversación pública.

Redes sociales y búsquedas Web revelan un fuerte interés, especialmente en el norte argentino.

La estrategia detrás de esta política educativa parece responder a una lógica electoralista por parte del gobierno de Javier Milei, en un año con elecciones legislativas que marcarán el rumbo político hacia 2027.

Mientras la gestión libertaria recorta fondos de varios programas de ayuda social, a contramano de sus preceptos, fortalece la ayuda a un sector social clave para el espacio que lidera Javier Milei.

Un programa que vuelve a captar la atención digital

Durante los últimos 30 días, las Becas Progresar reaparecieron con fuerza en la conversación digital de los argentinos.

La nube de palabras que representa el universo discursivo en redes sociales sobre el tema deja poco margen para la duda: los términos "requisitos", "inscripción", "trámite", "programa", "gobierno" y "#BecasProgresar" dominan el mapa semántico.

La mayoría de los posteos se concentran en torno a consultas sobre cómo acceder al beneficio, cuáles son los requisitos para anotarse, cómo hacer el trámite online y qué fechas están disponibles para la inscripción.

Pero también se destacan palabras como "ANSES", "Mi Argentina", "educación privada", "segunda convocatoria" y "finalización", lo que revela una ampliación del universo de potenciales beneficiarios y un interés creciente en estudiantes de instituciones privadas, algo que históricamente estuvo más asociado a universidades públicas.

Esta narrativa no surge de manera espontánea.

La viralización de hashtags como #BecasProgresar y el protagonismo de actores institucionales en la conversación sugieren una estrategia de comunicación digital bien aceitada por parte del gobierno nacional.

La reapertura del programa en este contexto, lejos de ser solo una política educativa, parece responder a una lógica político-electoral.

El norte argentino, epicentro del interés

El segundo análisis refuerza esta hipótesis al mostrar un claro mapa geográfico del interés en la Web por las Becas Progresar.

Formosa (8,8%), Chaco (7,9%) y San Juan (7%) lideran el ranking de provincias con mayor nivel de búsquedas.

Les siguen Corrientes, Jujuy, La Rioja y Misiones, todas con más de 6% de interés.

Este dato no es menor: el norte argentino fue uno de los bastiones clave en el triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales de 2023.

Las provincias que hoy muestran mayor interés por el programa coinciden con aquellas donde el actual presidente obtuvo importantes caudales de votos, muchos de ellos provenientes de sectores sociales históricamente postergados y con altos índices de vulnerabilidad.

En contraste, distritos como CABA, Tierra del Fuego, Neuquén y Río Negro muestran niveles de interés muy bajos (entre el 0,2% y el 1,5%), lo que sugiere una brecha territorial tanto en el acceso a la información como en la necesidad de este tipo de políticas.

De política educativa a herramienta de fidelización electoral

En este contexto, la reactivación del Progresar no puede leerse únicamente como una política educativa o de inclusión, sino también como una estrategia de fidelización del electorado juvenil de cara a las elecciones legislativas de 2025.

El gobierno parece apostar a captar el voto de los estudiantes –no solo universitarios sino también terciarios y secundarios– a través de un programa que históricamente logró conectar con las aspiraciones de movilidad social.

La inclusión de alumnos de instituciones privadas en la nueva convocatoria amplía la base de destinatarios y, en consecuencia, la potencialidad electoral del programa.

Al mismo tiempo, se refuerza una narrativa de eficiencia digital del Estado: la mayoría de los trámites se gestionan vía Mi Argentina, ANSES y plataformas online, en línea con una estética moderna y simplificada de la gestión pública.

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